Pottoki
Somos una pequeña escuela privada de educación infantil, que se creó con mucha ilusión y con un compromiso de calidad educativa, en el año 2000.
Todos estos años de experiencia dedicándonos a la atención, cuidado, educación y formación de los y las más pequeños y pequeñas, creando un ambiente agradable por medio de la motivación, y con la finalidad de que se sientan felices.
Nuestra filosofía es lograr el desarrollo integral del niño y de la niña, tanto a nivel personal, emocional y pedagógico para su plena maduración.
Los niños y las niñas
La Escuela Infantil Pottoki es de los niños y de las niñas.
Creemos firmemente en el sentido de pertenencia a la Escuela y partimos del respeto absoluto a los/as niños/as.
Sabemos que son fuente de aprendizaje y de inspiración. Nos enseñan, se enseñan entre sí y van guiando nuestras propuestas.
Sabemos también que hay que respetar los tiempos naturales y los procesos individuales y que hay que valorar tanto el proceso de aprendizaje como reconocer los resultados, desde la singularidad de lo creado por cada uno/a.
Creamos un espacio donde se sienten respetados/as y queridos/as en todo momento. Solo así se sentirán seguros y seguras para ser protagonistas en sus procesos de aprendizaje.
También fomentamos la construcción gradual de la autonomía, la responsabilidad, el trabajo en equipo, la solidaridad y el respeto al otro hasta uno mismo.
Las Familias
Somos conscientes de que las familias nos dejáis lo más preciado que tenéis, aquí uno deja lo que más quiere y, porque sabemos lo que tenemos entre manos, ponemos muchos medios para que sintáis confianza y tranquilidad. Poder entrar en el aula, un periodo de adaptación en la misma, reuniones periódicas y mucho más.
Desde la Escuela Infantil Pottoki, os animamos a compartir el día a día de los niños y de las niñas en la escuela, a conocer sus espacios, rincones y a las educadoras que comparten con ellos y ellas tantos momentos y experiencias; y es que como vosotros, sabemos que las familias sois parte indispensable y necesaria para desarrollar un
proceso conjunto.
La Escuela está concebida como un espacio familiar y cercano, donde hay que promover una escuela abierta y participativa. Por ello, queremos fomentar la colaboración activa de las familias, su participación en diversas actividades, en la medida de sus posibilidades e intereses.
Independientemente de la participación de las familias en las actividades, siempre va estar presente la comunicación y el intercambio de ideas, como método de conocimiento mutuo y de trabajo conjunto.
No debemos perder de vista que la educación de las niñas y de los niños depende en gran medida de las familias, la escuela y los propios niños y niñas. Todos ponemos lo mejor de nosotros/as para que se puedan desarrollar de forma armónica.
Nuestro Equipo

El niño y la niña y su formación individual.
Para poder ofrecer el máximo apoyo a su desarrollo, contamos con personal que ha recibido diferentes formaciones pedagógicas, participan periódicamente en cursos y aportan continuamente nuevas ideas para el trabajo diario, una contribución de la que también se beneficiarán los/las niños/as.
Pottoki se creó con mucha ilusión, y con más ilusión aún seguimos “creciendo”. Con mucha felicidad también de acompañar a los txikis cada día en un espacio respetado, donde todos y todas, adultos también, podemos mostrarnos tal y como somos.
Aunque Pottoki es mucho más, es también la ilusión, el esfuerzo y el trabajo de todos/as y cada uno de los y las que hacemos posible que sea y siga siendo Pottoki.
Una mirada respetuosa hacia el ser humano, donde cada uno y una de nosotros y nosotras somos únicos/as, un lugar donde se nos escucha activamente y sin juicios, un espacio donde poder descubrir quiénes somos y donde aprender a escuchar y conocer al otro sin prejuicios. Y por supuesto, una escuela donde el aprendizaje surja de la experiencia, de lo vivencial, y enfocado en nuestros intereses y a nuestro ritmo.
Eso es Pottoki, sumando la experiencia de un gran equipo y de familias conscientes y comprometidas con la educación de sus hijos e hijas.
Irune Arrieta
Directora y Educadora/Acompañante
Desde muy pequeña fui consciente de que los aprendizajes más significativos surgían de mis propias vivencias, y sentía un gran rechazo y frustración cuando un adulto intentaba inculcarme el aprendizaje sin permitirme descubrirlo por mí misma, y así toda la etapa escolar. Hasta mis 18 años que me embarqué en el proyecto de mi vida.
Los primeros años trabajando en la escuela, no fui capaz de conectar lo que había estudiado con la realidad que tenía en aquel momento, ni con la resonancia que existía y existe en mi interior respecto a la educación/crianza.
A lo largo de los años me he ido formando en todo lo que sentía que me enriquecía y me haría ser mejor persona y acompañante y poder ofrecer un acompañamiento de calidad, estando presente tanto para los niños y niñas como para sus familias.
Emmi Pikler y Montessori principales referentes para mi trabajo con los pequeños, su respeto hacia el movimiento libre y su manera de acompañar procesos.
He asistido a diferentes congresos, charlas, cursos, formaciones, viajado a escuelas Waldorf, etc. cargando mi maleta de ideas y maneras de hacer visible todo lo relacionado con los procesos de aprendizaje de niños y niñas. Y sobre todo he dedicado mucho tiempo a un trabajo personal más íntimo, a través de formaciones como programación neurolingüística y pedagogia sistémica entre otros.
De mi familia aprendí: generosidad, respeto y el amor hacia todo lo que me rodea. Pero sin duda, mi gran enseñanza ha sido, y es, la experiencia de ser madre, ella ha sido la gran maestra de mi vida.
Descubrí otras maneras de educar y desde ahí comencé a conocer y a formar parte de proyectos respetuosos.
Sin dejar de lado mi vena emprendedora y continuando con mis proyectos.
Toda mi trayectoria profesional la he desarrollado en Pottoki, sintiéndome atrapada por esa curiosidad y asombro que desprenden los niños y niñas de 0 a 3 años hacia todo lo que les rodea, en definitiva, su manera de Ser y de estar en el mundo.
Soy muy feliz de formar parte de Pottoki, caminando de la mano de niñas y niños y de sus familias; y de compañeras y compañeros con las que continuar en este proceso de aprendizaje vivo, infinito.
Estar rodeada de niños y niñas en un espacio educativo como Pottoki es uno de los regalos más grandes que me ha dado la vida, porque el amor y la diversión están asegurados.
Miren Arrieta
Subdirectora y Educadora/Acompañante
Toda mi vida académica ha transcurrido en colegios con pedagogías de «escuela tradicional».
Recuerdo haber ido siempre muy contenta al colegio, me gustaba ir, estaba a gusto,… Pero mi nivel académico no siempre era el deseado por los adultos de mi alrededor.
Ahora, sabiendo lo que sé, me puedo dar cuenta de que el problema igual no era mío, creo que de haber optado a una escuela diferente hubiera sido distinto. Desde siempre me ha gustado aprender, pero poco me ha gustado estudiar.
Esas palabras lo corroboran mi vida después, ya que, aunque conseguí los títulos deseados, he seguido mi formación con cursos y formaciones.
Esos cursos y formaciones, más la práctica con los/as niños/as y las experiencias vividas, han hecho que hoy sea la profesional que soy. Reconozco que no soy todos los días perfecta, pero disfruto con lo que hago y mejoro cada día, involucrándome y aprendiendo, empapándome de la sabiduría de las personas y profesionales de mi alrededor.
Ixone Lorenzo
Profesora de Inglés
Miro hacia atrás y mis mejores recuerdos de txiki son los tiempos que compartía con mis hermanos y mi primo Sigmund, venía desde Sudáfrica a visitarnos y pasábamos momentos inolvidables que hoy seguimos recordando. Nuestra lengua vehicular era y es el inglés, recuerdo ir descubriendo “su idioma” a través de juegos, canciones, excursiones y muchas fechorías y aventuras.
Después de mi etapa infantil cursé bachillerato en el colegio St´George English School y un curso académico en el colegio Presentation Schooll (Irlanda).
Mi formación profesional comienza en Catalunya con prácticas en la Fundacion D´Esplai El Tricicle donde comprendí que enseñar a través del juego, ocio educativo, cultural o artístico en una lengua extranjera era mi verdadera vocación.

Deiene Celaya
Educadora/Acompañante
Cuando echo la vista atrás y pienso en mi infancia, todos los recuerdos que me vienen a la mente son alegres y divertidos. Durante la infancia disfruté mucho yendo al colegio y todo momento que pasa por mi mente lo recuerdo con gran cariño. Por aquel entonces, todos los valores que desde pequeña me inculcaron tanto mi familia como los profesionales de mi entorno, me fueron de gran ayuda y me ayudaron a crecer como persona. Gran parte de esos valores han sido el respeto, el compañerismo, la generosidad y el cariño.
Desde pequeña siempre mostré especial interés por experimentar y crear por mi misma, y siempre me atrajo la idea de trabajar en algo relacionado con el arte y con la educación. De ese modo descubrí que gran parte de lo vivido en mi infancia me ha hecho ser quien soy hoy en día y poco a poco me ha ido ayudando a encontrarme a mi misma y a orientarme en mi vida profesional.
En lo referente a mis experiencias como educadora, he tenido la suerte de encontrarme en el camino con profesionales maravillosas de las cuales he podido recoger más conocimientos y me han ayudado a evolucionar tanto personal como profesionalmente. Del mismo modo que he aprendido de la sabiduría de varias educadoras, también gran parte de mi formación y experiencia se la debo a los que para mi a día de hoy son mis mayores maestros, los pequeños.
Todos y cada uno de ellos son quienes día a día me enseñan y me dan la oportunidad de poder desarrollar más mi capacidad para desenvolverme mejor como educadora y como persona. Disfruto con cada momento que ellos me brindan y con la evolución que por sí mismos van desarrollando. Considero que la educación que recibimos desde que nacemos tiene una importancia fundamental en nuestras vidas y por ello considero que el poder formar parte de ayudar en la educación y desarrollo de los más pequeños es un regalo.
Irati Pablo
Educadora/Acompañante
Antes de empezar a estudiar educación infantil, nunca me había parado a pensar en lo importante que es esta primera etapa, y en que en función de ésta, tu recorrido en la vida puede ser de una forma o de otra.
Mi educación académica la he realizado tanto en colegios públicos como en colegios privados y aunque tengo recuerdos muy bonitos, también tengo recuerdos de frustración, de comparación hacia mis compañeros e incluso de tener la sensación de estar estudiando para un momento concreto pero en realidad no aprender nada.
En mi caso, me sentía más cómoda cuando desarrollaba actividades más creativas, como por ejemplo la danza, la música o plástica y arte.
Con el tiempo, me di cuenta de que cada persona es diferente y que cada una tiene un ritmo propio y unas motivaciones distintas que no te hacen ni mejor ni peor, y que por desgracia a lo mejor la educación escolar que tuve no estaba preparada para respetar la individualidad de cada uno de nosotros.
También me di cuenta de que la figura del profesor es clave ya que hay docentes que te impulsan y te dan alas y otros que te las cortan.
Quizá todo esto me llevó a realizar mis estudios de educación infantil. Gracias a ello empecé a conocer metodologías alternativas que me resultaban muy interesantes, como por ejemplo la metodología de Emmi Pikler y la metodología de María Montessori. Como resultado de éstas, empezó a cambiar mi forma de ver y sentir las cosas, y no sólo en el ámbito profesional, sino en la vida en general.
En la actualidad sigo formándome ya sea mediante cursos, formaciones, libros, artículos… ya que creo que en esta profesión nunca es suficiente.
Goiuri Ormaetxe Villanueva
Educadora/Acompañante
Antes de empezar a estudiar educación infantil, siempre he querido trabajar en algo relacionado con experimentar y sobre todo en ayudar. Mirando hacia atrás, mis recuerdos me llevan a una infancia feliz y alegre. Divertida y experimentando cada minuto y rincón.
Mi educación académica ha estado llena de momentos especiales, y aunque siempre haya estado contenta y feliz, los momentos tristes y de enfados también los he tenido. Tenía momentos de estar estudiando asignaturas que no me servirían para nada y me frustraba tener que estudiarlo para no usarlo. En otras en cambio, me sentía satisfecha de estudiarlas para poder utilizarlas en el día a día, por ejemplo plástica y música. Todo lo que tenía que ver con la creatividad me gusta mucho.
Siempre he disfrutado de áreas musicales y artísticas y siempre ha sido por la motivación y el afecto que me daban los profesores de dichas áreas.
Según iba pasando el tiempo, me fui dando cuenta de lo diferentes que somos todas las personas y lo poco que agradecemos lo que tenemos alrededor. Agradecí todo el trabajo que hicieron los docentes para terminar dándome cuenta la importancia que tienen en nuestra vida académica.
Tal vez, haberme dado cuenta de lo importante que es la figura de un profesor en las diferentes etapas de la vida, es lo que me motivó más a ser monitora de educación infantil.
Por ello, empecé a trabajar mientras cursaba el bachillerato, cuidando niños de menos de 8 años. Eso me hizo cogerle más gusto al curso que quería cursar y a tener aún más claro mi futuro.
Poco a poco, me fui interesando por las diferentes metodologías que iba encontrando. Según iba leyendo, intentaba ponerlas en práctica con los niños que cuidaba. Esto me llevó a cambiar mi visión tanto profesional como cotidiana.
Hoy en día, sigo interesandome por todas esas metodologías que existen, ya que me parece importante seguir formándome dentro de este ámbito, por ser una etapa que nunca es suficiente con lo que se estudia en el curso.